La lluvia comienza a caer por la ventana sus gotas aparecen en
ella, cayendo, desplazándose. El paisaje húmedo me parece melancólico y a la
vez agradable, este paisaje que se ve a lo lejos es lindo llena mi ser con su
melancolía y eso no me molesta. Por eso me quedo horas y horas en la ventana
admirándolo y envidiando a la lluvia que cae sin cesar en el, pero gracias a
ella lo puedo ver.
Sus gotas que se aferran a mi ventana parecen querer llevarme con
ellas, se aferran tan fuerte como yo a la vida, solo que ellas se desplazan por
esta.
Mi contemplación pronto se interrumpe, siempre es así, siempre que
me pierdo por unas horas llegas hasta mi cuarto favorito a interrumpir mi dulce
melancolía, llegas y no me molesta para nada; en realidad te espero, pero es tu
culpa ya me acostumbraste a esto, es tu culpa.
Llegas y me preguntas si ya es hora de bajar, yo siempre respondo “aun
no”, y tu amablemente te ofreces a acompañarme te quedas a mi lado observando
mi melancolía, observando la lluvia, el paisaje y es ahí entonces cuando mi melancolía
se hace más calida porque hay alguien que la puede abrazar y ya no es más solo
una gota, es lluvia, pura y frágil lluvia a tu lado.
Después de varias horas de silencio bajamos, en paz, tranquilos, no
hay nada de que preocuparse. La cena estará lista en cuanto lleguemos, todo
siempre ha sido así y no me molesta en absoluto tenerte a mi lado hace las
cosas diferentes.
Siempre me quejo de que esta casa es tan grande pero tú me dices
que es mi culpa, debido a que no había otro lugar en donde cayéramos mejor ya
que nuestra familia es muy grande y lo seguirá siendo.
Siempre me he quejado de esta casa tan grande, escaleras parecidas
a las de un palacio, nuestros vestidos, nuestras ropas siempre son tan
elegantes, tanto solo para nosotros me molesta. Siento que no logro disfrutarlo
habiendo tanto alrededor, pero ahí estas tú, otra vez diciéndome que no hay más
cosas que encajen con nosotros, todo esto nos pertenece porque esta hecho para
nosotros por eso solo debemos disfrutarlo.
Tú siempre encuentras la forma de animarme aunque sea solo con tu
simple mirada, tú siempre has estado conmigo a pesar de todo, a pesar de que yo
estaba destinada a morir antes que tú.
Aun recuerdo el día en que me desmaye y cuando me encontraste te
diste cuenta de que había estado cuidando aquellos rosales que tanto te
gustaban, mis fuerzas no fueron capaz ese día se agotaron tan luego, me sentí
tan débil y al verte tan mal no supe que decirte solamente me sentía muy
apenada por no haber logrado lo que quería, por haber tenido tan poca fuerza. Y
tu, tu solo me dijiste que la única flor que necesitabas era yo. Eso me hizo
tan feliz, a pesar que después te avergonzaste y me preguntaste si no había
sonado muy cursi, yo solo reí, acerque mi cara a la tuya, me acerque hasta
sentir tu respiración, hasta tocar tus labios con los míos, hasta besarte.
Sin embargo aquella noche la fiebre se apodero de mí y mis fuerzas
aun no deseaban regresar, parecía como si mi enfermedad me llevara, me dijera
que ya era hora de descansar. Tu estabas a mi lado y cuando intente decirte que
tenia sueño, mucho sueño, que deseaba descansar; me dijiste que durmiera si así
lo deseaba, pero que por favor volviera a despertar, que volviera a abrir los
ojos. Tomaste mi mano, la apoyaste en tu rostro y entonces sentí caer agua en
ella, lluvia cálida proveniente de ti.
CONTINUARA............
No hay comentarios:
Publicar un comentario